Los brackets son la parte más visible de la ortodoncia, pequeñas piezas de forma cuadrangular que se colocan y adhieren en los dientes. Se diseñan específicamente para cada diente y sobre ellos se coloca un arco metálico que se sujeta mediante las ligaduras. Los brackets consiguen enderezar los dientes de la manera correcta. Hoy en día los brackets están diseñados de un modo concreto para que se transmita la información en un movimiento preciso. Es decir, son los que llevan la información necesaria para que, a través del arco, se realice el movimiento que el ortodoncista planifica. Su diseño es específico para cada diente de manera que el arco transfiera la fuerza suficiente capaz de mover los dientes a la posición deseada, de forma ligera pero constante. Los brackets metálicos son los aparatos dentales más populares. Son visibles ya que se colocan en la parte exterior de los dientes. Además, de los diferentes tipos de ortodoncia que se practican en la actualidad, la utilización de brackets de metal acostumbra a ser la más económica. Requieren de una ligadura de alambre o a base de gomitas para fijar el arco sobre los dientes. Se trata de una ortodoncia muy resistente que aplica una fuerza constante para mover los dientes, siendo ideal para tratamientos en niños y jóvenes, aunque, teniendo en cuenta que para determinados diagnósticos obtienen mejores resultados que otros sistemas, también se utiliza para tratar maloclusiones en adultos a los que no les importa que se vean los aparatos. Al ser una ortodoncia visible, la gran ventaja es que los resultados se aprecian fácilmente a lo largo del proceso.